LOS sacerdotes Levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas encendidas á JEHOVÁ, y de la heredad de él comerán.
Y éste será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey ó cordero: darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el cuajar.
Y cuando el Levita saliere de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde hubiere peregrinado, y viniere con todo deseo de su alma al lugar que JEHOVÁ escogiere,
Conforme á todo lo que pediste á JEHOVÁ tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo á oír la voz de JEHOVÁ mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, porque no muera.
Empero el profeta que presumiere hablar palabra en mi nombre, que yo no le haya mandado hablar, ó que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
Cuando el profeta hablare en nombre de JEHOVÁ, y no fuere la tal cosa, ni viniere, es palabra que JEHOVÁ no ha hablado: con soberbia la habló aquel profeta: no tengas temor de él.