Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado palabra en alguna de las tribus de Israel, á quien haya mandado que apaciente mi pueblo de Israel, para decir: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedros?
Ahora pues, dirás así á mi siervo David: Así ha dicho JEHOVÁ de los ejércitos: Yo te tomé de la majada, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;
Y he sido contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he talado todos tus enemigos, y te he hecho nombre grande, como el nombre de los grandes que son en la tierra.
Además yo fijaré lugar á mi pueblo Israel; yo lo plantaré, para que habite en su lugar, y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes,
Desde el día que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo JEHOVÁ te hace saber, que él te quiere hacer casa.
Y cuando tus días fueren cumplidos, y durmieres con tus padres, yo estableceré tu simiente después de ti, la cual procederá de tus entrañas, y aseguraré su reino.
Y aun te ha parecido poco esto, Señor JEHOVÁ, pues que también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es ése el modo de obrar del hombre, Señor JEHOVÁ?
Por tanto tú te has engrandecido, JEHOVÁ Dios: por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme á todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
¿Y quién como tu pueblo, como Israel, en la tierra? una gente por amor de la cual Dios fuese á redimírsela por pueblo, y le pusiese nombre, é hiciese por vosotros, oh Israel, grandes y espantosas obras en tu tierra, por amor de tu pueblo, oh Dios, que tú redimiste de Egipto, de las gentes y de sus dioses?
Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y dígase: JEHOVÁ de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.
Porque tú, JEHOVÁ de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón para hacer delante de ti esta súplica.
Tenlo pues ahora á bien, y bendice la casa de tu siervo, para que perpetuamente permanezca delante de ti: pues que tú, JEHOVÁ Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.