¡AY de los que descienden á Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron á JEHOVÁ!
Mas él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Levantaráse pues contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.
Y los Egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu: de manera que en extendiendo JEHOVÁ su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán á una.
Porque JEHOVÁ me dijo á mí de esta manera: Como el león y el cachorro del león brama sobre su presa, y si se llega contra él cuadrilla de pastores, no temerá por sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos: así JEHOVÁ de los ejércitos descenderá á pelear por el monte de Sión, y por su collado.
Entonces caerá el Assur por cuhillo, no de varón; y consumirálo espada, no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus mancebos serán tributarios.