Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra, que sacares de tu tierra que JEHOVÁ tu Dios te da, y lo pondrás en un canastillo, é irás al lugar que JEHOVÁ tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.
Y llegarás al sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy á JEHOVÁ tu Dios que he entrado en la tierra que juró JEHOVÁ á nuestros padres que nos había de dar.
Entonces hablarás y dirás delante de JEHOVÁ tu Dios: Un Siro á punto de perecer fué mi padre, el cual descendió á Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí creció en gente grande, fuerte y numerosa:
Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh JEHOVÁ. Y lo dejarás delante de JEHOVÁ tu Dios, é inclinarte has delante de JEHOVÁ tu Dios.
Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al Levita, al extranjero, al huérfano y á la viuda; y comerán en tus villas, y se saciarán.
Y dirás delante de JEHOVÁ tu Dios: Yo he sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al Levita, y al extranjero, y al huérfano, y á la viuda, conforme á todos tus mandamientos que me ordenaste: no he traspasado tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos:
No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he dado para mortuorio: he obedecido á la voz de JEHOVÁ mi Dios, he hecho conforme á todo lo que me has mandado.
Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice á tu pueblo Israel, y á la tierra que nos has dado, como juraste á nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
Á JEHOVÁ has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos, y para oír su voz: