Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que esto abrazare: que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.
Y el hijo del extranjero, allegado á JEHOVÁ, no hable diciendo: Apartaráme totalmente JEHOVÁ de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.
Y á los hijos de los extranjeros que se allegaren á JEHOVÁ para ministrarle, y que amaren el nombre de JEHOVÁ para ser sus siervos: á todos los que guardaren el sábado de profanarlo, y abrazaren mi pacto,
Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.
Y esos perros ansiosos no conocen hartura; y los mismos pastores no supieron entender: todos ellos miran á sus caminos, cada uno á su provecho, cada uno por su cabo.