Y comprended hoy: porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de JEHOVÁ vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido,
Y lo que hizo al ejército de Egipto, á sus caballos, y á sus carros; cómo hizo ondear las aguas del mar Bermejo sobre ellos, cuando venían tras vosotros, y JEHOVÁ los destruyó hasta hoy;
Y lo que hizo con Dathán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su boca, y tragóse á ellos y á sus casas, y sus tiendas, y toda la hacienda que tenían en pie en medio de todo Israel:
Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis esforzados, y entréis y poseáis la tierra, á la cual pasáis para poseerla;
Y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, que juró JEHOVÁ á vuestros padres había de dar á ellos y á su simiente, tierra que fluye leche y miel.
Que la tierra á la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu simiente, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza.
Y será que, si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando á JEHOVÁ vuestro Dios, y sirviéndolo con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,
Y así se encienda el furor de JEHOVÁ sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis presto de la buena tierra que os da JEHOVÁ.
Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
Para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró JEHOVÁ á vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, para que los cumpláis; como améis á JEHOVÁ vuestro Dios andando en todos sus caminos, y á él os allegareis,
Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro: desde el desierto y el Líbano, desde el río, el río Éufrates, hasta la mar postrera será vuestro término.
Nadie se sostendrá delante de vosotros: miedo y temor de vosotros pondrá JEHOVÁ vuestro Dios sobre la haz de toda la tierra que hollareis, como él os ha dicho.
Y la maldición, si no oyereis los mandamientos de JEHOVÁ vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.
Y será que, cuando JEHOVÁ tu Dios te introdujere en la tierra á la cual vas para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal:
Los cuales están de la otra parte del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra del Cananeo, que habita en la campiña delante de Gilgal, junto á los llanos de Moreh.